Pálido rumbo,
cálido follaje
agua serena,
dulce canto errante,
tu me viste llorar
viste mis huellas.
Áspero y desolado amor
tu me dejaste
rumbos sin afinar
desconsolaste.
Rumor salado cuando tu te fuiste
supiste entristecer
la primavera
y ahora imploro,
que vuelvas del creciente paroxismo
que despiertes,
y sepas que no he sido,
eso que más deploras,
lo fingido,
sino un curioso amor entristecido
ahora inerte por saberte tan lejos
por pensarte mejores,
los caminos
por buscarte
fugaz y adormecido
por desearte capaz
yo no he sabido
de tu deseo real
de tu ser vivo
hoy te libero al fin
porque hoy decido
aunque nadie lo sepa
yo te sigo.
Infinitaversa
María Beatriz González
19/11/2020