Algo era,
en la espesura,
algo escondía.
Susurraba,
como quien busca algo
y lo sabía.
Reunía sabores,
texturas y colores,
recogía.
Intenso martillar
de bosques y leyendas,
presumía.
Buscaba retumbar,
quedarse y alejarse,
en movimiento,
iba y venía.
Sabía callar,
igual la lozanía,
el suave desfilar,
la sincronía.
La intuición del andar
no la vivía.
Un dulce despertar
adormecía.
La soledad
angustiosa y desafiante
padecía.
No sabía conversar
y entorpecía.
No supo valorar,
se divertía.
Se quedó en el andar,
eligió otras,
orillas transitar.
Símil cobarde
invalidez sin tiempo,
lo vencía.
Jugaba y se perdía,
lo sabía.
Infinitaversa
María Beatriz González
06/10/2020