Vuelvo a este cuaderno
para encontrar refugio a mis deseos,
para olvidar que existo,
para entender mis sueños.
Esa lucha continua,
ha cesado esta noche,
el aire está enviciado,
el silencio se fue.
No hay palabra que diga
lo que siento esta noche,
no hace falta que diga
lo mucho que te amo.
El esperar cesó,
también las ilusiones,
igual el latido de mi corazón,
que hoy late porque es una bomba.
Solo quiero decirte,
desde lejos sin voz,
que mi vida se fue,
cuando estreché tu mano.
Ahora quiero recuperarla,
vivir sin el dolor,
que me provoca verte
a todas horas.
A veces creo que así,
ha de ser mi existencia,
una mitad que sueña,
otra mitad que está.
El olvido parece
olvidarse de mí,
y la condena es verte,
saber lo que sentís,
saber que estás aquí,
aunque el hecho no exista.
Ya no hay duda posible,
el absurdo es la duda,
ahora hay solo verdad,
una verdad radiante
como la luz del sol.
Escribo recordando
que la vida se cobra,
que dijiste perdón
y yo dije está bien,
aunque un grito por dentro,
me decía lo contrario.
Vivir sin ti es posible,
sí logro desmirarte,
sí olvido la verdad,
o la escondo en el centro,
de todo lo que odio,
de todo lo que quiero,
y la arrojo al vacío
para ya no sentir.
Adiós mi bien, adiós,
ya no quiero ver más,
cerraré mis dos ojos,
y sellaré mi boca,
haré como si nada,
es mi especialidad…